Se debe revisar a todo recién nacido para descartar anomalías oculares congénitas (cataratas, glaucoma, ...) y en prematuros fundamental descartar la retinopatía del prematuro.

A los 3-4 años es fundamental llevar al oftalmólogo a los más pequeños y evitar que pasen desapercibidas patologías como el "ojo vago" o el estrabismo, así como defectos de graduación que pueden empezar a tratarse evitando problemas en el futuro.

Hasta los 10 años se recomienda que los controles sean anuales ,dado que la visión se encuentra en desarrollo durante la primera década de vida, momento para tratar la ambliopía u ojo vago, pues por encima de los 10 años no tiene solución al alcanzar la madurez cerebral nuestra visión .

Por encima de los 10 años se aconseja revisiones bianuales hasta los 16 años.